"Estamos ante una gran oportunidad en materia de seguridad en España"
Desde que asumió el cargo de jefe de la Unidad Central de Seguridad Privada (UCSP) del Cuerpo Nacional de Policía, la prioridad del comisario Esteban Gándara ha sido darle “un impulso decidido a la Seguridad Privada en España”, tal y como expresaba en la primera entrevista que concedió a 'Seguritecnia'. Casi seis años después, no cabe duda de que su incesante trabajo ha contribuido a alcanzar ese objetivo, que se ha hecho realidad con la aprobación de la Ley 5/2014.
Él ha sido uno de los artífices de esa norma, que sitúa al sector en una posición impensable hace unos años y que representa “una gran oportunidad en materia de seguridad”. El siguiente paso después de la ley será conformar un nuevo Reglamento que la desarrolle, para lo que el comisario Gándara ya se ha puesto manos a la obra. Lo pudimos comprobar de primera mano durante la entrevista que el jefe de la UCSP concedió a esta publicación en su despacho.
- Usted ha sido uno de los artífices de la nueva Ley de Seguridad Privada. ¿Cómo ha vivido el proceso de gestación de esta norma tan esperada por el sector?
Para mí ha sido todo un honor haber contribuido a la elaboración de esta ley, como representante de la Policía Nacional. El proceso ha sido ejemplar por varias razones. En primer lugar, porque el Ministerio del Interior actuó rápido, bien y con mucho conocimiento en la primera labor de campo de hacer un documento sobre el que poder trabajar, y puso al frente a gente que conoce la realidad del sector de la Seguridad Privada.
Con esos principios podríamos haber hecho una buena propuesta gubernamental y, de ahí, que fuera al Congreso. Pero el Ministerio acertó al no hacerlo. Antes habló con los sectores implicados, aquellos para los que la Ley de Seguridad Privada es una herramienta de trabajo. No sólo les escuchó, sino que además ellos participaron. El sector aceptó el reto y se implicó, hizo propuestas muy maduras y sensatas. Por tanto, el Ministerio del Interior cumplió su palabra. En la evolución de los diferentes textos que se han ido redactando se puede ver cómo, efectivamente, lo que dijo el sector está recogido.
Con todo ello, el Ministerio consideró que tenía un texto consensuado con la inmensa mayoría del sector y lo llevó al Consejo de Ministros. A partir de ahí es cuando vinieron los informes de otros ministerios, organismos, etcétera, que, por cierto, fueron muy favorables al anteproyecto. Tras tomar nota de ellos, se le dio forma definitiva al texto que posteriormente se enviaría al Consejo de Ministros.
Tengo que decir que también ha sido ejemplar el trabajo de las dos cámaras en cuanto al desarrollo y la participación. Lo digo porque más del 50 por ciento de las enmiendas presentadas en el Congreso fueron aceptadas en su totalidad o adaptadas parcialmente al texto. Hay pocas leyes que superen ese porcentaje. Cuando llegó al Senado, de las enmiendas que eran nuevas, se aceptó también un gran porcentaje en su totalidad o parcialmente.
Por tanto, el esfuerzo de consenso por recoger las inquietudes de seguridad del Ministerio del Interior, del sector profesional de la Seguridad Privada, de los representantes de la soberanía nacional en el Congreso y de los representantes en el Senado ha dado como resultado que tengamos esta ley. Una ley que, desde el punto de vista técnico, es muy buena y configura un modelo claro, avanzado, muy europeo, vanguardista y que va a dar muchos más frutos que el modelo actual. Estamos ante una gran oportunidad en materia de seguridad en España.
- ¿Cuál es el principal valor que aporta la nueva norma al sector?
El primero es que, más allá de un modelo de seguridad privada, configura un modelo de seguridad del que forma parte. Ese modelo se completará con otros textos legales o estratégicos que ya existen o que vendrán posteriormente, como son la Estrategia de Seguridad Nacional, la Estrategia de Ciberseguridad Nacional, el Proyecto de Ley Orgánica de Seguridad Ciudadana o el Proyecto de reforma del Código Penal. Dentro de ese modelo general de seguridad en España, hay un submodelo de seguridad privada que se recoge en una ley; algo que también es muy importante, porque aporta un grado de seguridad jurídica enorme.
- Desde su punto de vista, ¿cuáles son las novedades más importantes que introduce la Ley 5/2014?
La primera es que profesionaliza la seguridad privada, tanto desde el punto de vista de los prestadores de servicios como de los propios usuarios. Esa profesionalización se ve en novedades tan importantes como los requisitos y certificaciones que se piden para las empresas. En el caso del personal, ofrece un marco de formación y selección novedoso, que debe completarse con la invitación que hace la ley al Ministerio de Educación. Y en cuanto a los usuarios, aparte de definir qué son, hará que algunos sean sujetos obligados. Esto último tendrá que concretarse en el Reglamento, pero estamos seguros de que habrá un espectro más amplio de este tipo de usuarios que ahora.Todo ello acaba con la coordinación, que es la piedra angular. Esto es muy importante porque esa profesionalización se va a incardinar en la seguridad pública, de manera que todos los ciudadanos se beneficiarán del potencial de la seguridad privada. Además, la ley le da un mandato a la seguridad pública para que apoye a la seguridad privada cuando sea necesario.
Esta ley pone, por primera vez, al ciudadano en el centro de las preocupaciones de la seguridad. Es él quien tiene derecho a su seguridad, libertad y autoprotección y, como consecuencia, los demás tenemos deberes. El Estado tiene el deber de dar seguridad a todos los ciudadanos y el hecho de que participe la seguridad privada es también con el objetivo de servir ese derecho.
Desde que asumió el cargo de jefe de la Unidad Central de Seguridad Privada (UCSP) del Cuerpo Nacional de Policía, la prioridad del comisario Esteban Gándara ha sido darle “un impulso decidido a la Seguridad Privada en España”, tal y como expresaba en la primera entrevista que concedió a 'Seguritecnia'. Casi seis años después, no cabe duda de que su incesante trabajo ha contribuido a alcanzar ese objetivo, que se ha hecho realidad con la aprobación de la Ley 5/2014.
Él ha sido uno de los artífices de esa norma, que sitúa al sector en una posición impensable hace unos años y que representa “una gran oportunidad en materia de seguridad”. El siguiente paso después de la ley será conformar un nuevo Reglamento que la desarrolle, para lo que el comisario Gándara ya se ha puesto manos a la obra. Lo pudimos comprobar de primera mano durante la entrevista que el jefe de la UCSP concedió a esta publicación en su despacho.
- Usted ha sido uno de los artífices de la nueva Ley de Seguridad Privada. ¿Cómo ha vivido el proceso de gestación de esta norma tan esperada por el sector?
Para mí ha sido todo un honor haber contribuido a la elaboración de esta ley, como representante de la Policía Nacional. El proceso ha sido ejemplar por varias razones. En primer lugar, porque el Ministerio del Interior actuó rápido, bien y con mucho conocimiento en la primera labor de campo de hacer un documento sobre el que poder trabajar, y puso al frente a gente que conoce la realidad del sector de la Seguridad Privada.
Con esos principios podríamos haber hecho una buena propuesta gubernamental y, de ahí, que fuera al Congreso. Pero el Ministerio acertó al no hacerlo. Antes habló con los sectores implicados, aquellos para los que la Ley de Seguridad Privada es una herramienta de trabajo. No sólo les escuchó, sino que además ellos participaron. El sector aceptó el reto y se implicó, hizo propuestas muy maduras y sensatas. Por tanto, el Ministerio del Interior cumplió su palabra. En la evolución de los diferentes textos que se han ido redactando se puede ver cómo, efectivamente, lo que dijo el sector está recogido.
Con todo ello, el Ministerio consideró que tenía un texto consensuado con la inmensa mayoría del sector y lo llevó al Consejo de Ministros. A partir de ahí es cuando vinieron los informes de otros ministerios, organismos, etcétera, que, por cierto, fueron muy favorables al anteproyecto. Tras tomar nota de ellos, se le dio forma definitiva al texto que posteriormente se enviaría al Consejo de Ministros.
Tengo que decir que también ha sido ejemplar el trabajo de las dos cámaras en cuanto al desarrollo y la participación. Lo digo porque más del 50 por ciento de las enmiendas presentadas en el Congreso fueron aceptadas en su totalidad o adaptadas parcialmente al texto. Hay pocas leyes que superen ese porcentaje. Cuando llegó al Senado, de las enmiendas que eran nuevas, se aceptó también un gran porcentaje en su totalidad o parcialmente.
Por tanto, el esfuerzo de consenso por recoger las inquietudes de seguridad del Ministerio del Interior, del sector profesional de la Seguridad Privada, de los representantes de la soberanía nacional en el Congreso y de los representantes en el Senado ha dado como resultado que tengamos esta ley. Una ley que, desde el punto de vista técnico, es muy buena y configura un modelo claro, avanzado, muy europeo, vanguardista y que va a dar muchos más frutos que el modelo actual. Estamos ante una gran oportunidad en materia de seguridad en España.
- ¿Cuál es el principal valor que aporta la nueva norma al sector?
El primero es que, más allá de un modelo de seguridad privada, configura un modelo de seguridad del que forma parte. Ese modelo se completará con otros textos legales o estratégicos que ya existen o que vendrán posteriormente, como son la Estrategia de Seguridad Nacional, la Estrategia de Ciberseguridad Nacional, el Proyecto de Ley Orgánica de Seguridad Ciudadana o el Proyecto de reforma del Código Penal. Dentro de ese modelo general de seguridad en España, hay un submodelo de seguridad privada que se recoge en una ley; algo que también es muy importante, porque aporta un grado de seguridad jurídica enorme.
- Desde su punto de vista, ¿cuáles son las novedades más importantes que introduce la Ley 5/2014?
La primera es que profesionaliza la seguridad privada, tanto desde el punto de vista de los prestadores de servicios como de los propios usuarios. Esa profesionalización se ve en novedades tan importantes como los requisitos y certificaciones que se piden para las empresas. En el caso del personal, ofrece un marco de formación y selección novedoso, que debe completarse con la invitación que hace la ley al Ministerio de Educación. Y en cuanto a los usuarios, aparte de definir qué son, hará que algunos sean sujetos obligados. Esto último tendrá que concretarse en el Reglamento, pero estamos seguros de que habrá un espectro más amplio de este tipo de usuarios que ahora.Todo ello acaba con la coordinación, que es la piedra angular. Esto es muy importante porque esa profesionalización se va a incardinar en la seguridad pública, de manera que todos los ciudadanos se beneficiarán del potencial de la seguridad privada. Además, la ley le da un mandato a la seguridad pública para que apoye a la seguridad privada cuando sea necesario.
Esta ley pone, por primera vez, al ciudadano en el centro de las preocupaciones de la seguridad. Es él quien tiene derecho a su seguridad, libertad y autoprotección y, como consecuencia, los demás tenemos deberes. El Estado tiene el deber de dar seguridad a todos los ciudadanos y el hecho de que participe la seguridad privada es también con el objetivo de servir ese derecho.
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