Es desgraciadamente frecuente que el usuario de servicios de seguridad privada (el cliente) exija al vigilante de seguridad que le protege la realización de tareas ajenas a la seguridad. También es frecuente que el usuario de seguridad privada quiera sacar mas rendimiento del dinero que le cuesta tener contratado un servicio de vigilante de seguridad al que ve que está “aparentemente” sin hacer nada. Ese es un error muy común. La sola presencia del vigilante de seguridad evita por disuasión la mayoría de los ataques contra la propiedad y contra la propia vida del que contrata la seguridad privada. Eso en sí mismo justifica sobradamente la inversión. Pero además está ahí para actuar, exponiendo su vida, en aquellos casos en que el delincuente no se ve disuadido y decide el asalto. Que no se produzca uno de esos casos es siempre el mejor de los escenarios, y constituye un dinero muy bien invertido, porque la seguridad debe entenderse siempre como una inversión.
Lamentablemente muchos usuarios de servicios de seguridad privada son incapaces de entender algo tan simple, y pretenden utilizar a ese vigilante de seguridad, a quien creen poder ordenar lo que les plazca y a quien tienen atemorizado con la amenaza de ser sacados del servicio (que actualmente puede conllevar el despido) para que les realice labores de todo tipo. Así se les encomiendan ilegales tareas de recepcionistas, de mantenimiento, el cuidado de animales, aparcacoches, telefonistas, limpieza o les encargar de sacar la basura.
Todos aquellos usuarios de servicios de seguridad privada que incurran en esas prácticas deben saber que lo que hacen es ILEGAL, que el vigilante que sea denunciado o sorprendido realizando alguna de esas tareas incurre en falta muy grave que tiene serias consecuencias y que en cualquier caso, desde nuestra formación sindical lo entendemos como coacciones y por tanto casos de abuso y maltrato al trabajador y como tales procederemos a denunciarlos.
Consideramos coacción que como represalias por la negativa de un vigilante de seguridad a efectuar labores que tiene prohibidas y que no son su cometido, sea apartado del servicio que presta habitualmente, pese a que realice siempre su cometido de dar seguridad de forma adecuada, que es para lo único para lo que puede ser contratado. Es una indecencia y una indignidad que denunciaremos ante las autoridades.
Entendemos que ya es bastante abuso que el salario líquido de un vigilante de seguridad que pone cada día en serio riesgo su vida para proteger la suya y sus propiedades, con todos los complementos incluidos, sea inferior a 1.000 euros y con esa miseria deban, además de costearse el transporte al puesto de trabajo, la mayoría mantener una familia. Es suficiente abuso como para que desde ASP permitamos que el cliente usuario de servicios de seguridad privada le inflija otros. Sirva la presente nota informativa para que reflexione si usted es uno de esos usuarios de seguridad privada aquí descritos, y en su caso, deje de serlo. Si no lo es, si usted respeta al vigilante de seguridad, nuestra enhorabuena; usted pertenece al pequeño grupo de gente decente que sirve de ejemplo al resto.
Para finalizar entienda que:
1. Su vida puede depender del vigilante de seguridad que le da protección. Él es su ángel de la guarda. Téngale el máximo respeto.
2. Su propiedad puede depender del vigilante de seguridad que la protege. Ponga a su disposición los medios adecuados.
3. Un perro bien cuidado dará la vida por usted, uno maltratado con toda probabilidad le morderá a usted. Entienda la comparación y salve las distancias.
4. Un vigilante de seguridad maltratado o que preste su servicio en malas condiciones estará desmotivado, estresado, desganado y en absoluto implicado. Su vida y su propiedad no le importará lo mas mínimo.
5. Un vigilante de seguridad bien tratado, respetado, que preste su servicio en condiciones óptimas y con los medios adecuados estará motivado, con ganas, implicado y alerta. Su vida y su propiedad estará en las mejores manos
Entender estos últimos 5 puntos es tan de sentido común, que nos parece que no debería ser necesario ni mencionarlos, pero desafortunadamente lo es. Se sigue dando un trato denigrante propio de países sin desarrollar e impropios de una democracia a muchos de los vigilantes de seguridad privada en la actualidad. Y cuando decimos denigrante, es literal. Algunos casos los han emitido los medios de comunicación. Los gritos, las malas formas, la prepotencia del cliente, la falta de respeto y hasta el insulto al agente de seguridad privada están a la orden del día, y el sindicato profesional ASP no puede permitirlo.
Usted, usuario de servicios de seguridad privada, no es un ser superior, solo tiene mas dinero, y eso siempre es susceptible de cambiar. El vigilante es su igual y exige el mismo respeto que exige usted para sí mismo. No lo olvide nunca. De como trate al vigilante podría depender su vida si, Dios no lo quiera, es asaltado. Y la delincuencia no para de crecer. Piense en ello.
http://www.agrupacionsindicalprofesional.com
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